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miércoles, 30 de marzo de 2016

Cerebros fosilizándose.

Hoy madrugué demasiado. No podía dormir. Demasiadas cosas en la cabeza. Demasiadas cosas que me gustaría hacer, como ayudar o educar. Pero en este país hay mucho ser pensante en potencia. Sin embargo a la mayoría no le dan la oportunidad para desarrollar lo que desea. Aquí como no seas político o futbolista, tienes que trabajar de sol a sol para ganar muy poco, y si tu trabajo consiste en ayudar o hacer feliz a los demás, peor se pone la cosa. ¿Para cuándo un cambio en la conciencia mundial sobre nuestros hábitos cotidianos? ¿Cuándo nos daremos cuenta que este ritmo no es sustentable? Es fácil: Estudiamos para trabajar para ganar dinero para poder comprar comida para vivir. La comida nos la da la naturaleza, ya que aunque algunos no lo sepan, somos parte de ella (obviando conspiraciones) ¿Y si nos saltamos ese paso de trabajar y nos dedicamos a cultivar, a aprender, a pasar más tiempo con los nuestros, a ser parte de este lugar llamado gaia y a escucharlo y a desarrollar todo el potencial humano que es infinito? ¿Cómo es posible que el dinero sea tan poderoso que no les permita ver más allá? Que hay mucha gente sufriendo por eso que llamamos dinero. Y el problema no es este. El problema es la conciencia humana, que no ve más allá que lo impuesto. Si nos echáramos a la calle a sembrar todo trozo de tierra árida, se iba a acabar este sufrimiento que tiene el humano desde que se inventó el dinero. Así íbamos a ser todos iguales y el dinero iba a ser inútil, pues este no se come.

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