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martes, 6 de enero de 2015

¿Reyes? ¿Magos?

Noche de reyes…¿Realmente son necesarios tantos regalos? ¿Para qué los queremos? ¿Nos hacen más felices? ¿Qué conseguimos con ellos? Es como si quisiéramos evadirnos de una realidad que no nos gusta, sentir felicicidad momentánea al desenvolver un paquete con su susodicho papel...regalar por regalar...por quedar bien...porque no vaya ser que la otra persona se sienta menos querida por no haber sido obsequiada...creo que no hace falta decir que es todo una estrategia de marketing. Según tengo entendido, y si Jesús existió, vivían en la pobreza y austeridad...¿eso no se rememora? En fin no lo entiendo. Suena utópico, pero el mejor regalo que se puede tener y poseer, es la propia vida, tener el privilegio de disfrutarla y poder hacerlo. Estar en facultad de vivirla plenamente, sintiendo todo tu cuerpo, cada parte de él.Dándote cuenta de la verdad, de cuándo nos mienten, de vivir con lo necesario, de ser empático, de ser una comunidad que siente y que está unida. Esta clase de regalos materiales y absurdos, nos hacen separarnos de lo que somos realmente, seres de luz y energía, y  no simples herramientas del sistema. Ya he escuchado eso de que ¨nos manejan¨, ¨a mí no me gusta la navidad, pero habrá que hacerlo¨. No nos manejan...nos hacemos manejar...y Navidad...si Jesús nació, fue en verano, no se sabe cuántos reyes eran y ni siquiera eran reyes,sólo es una forma de que nos sometan a la autoridad:  ¨Los reyes son buenos¨... Ahí va mi reflexión sobre estas fechas. En resumen, hay que vivir al máximo cada día, con lo necesario, regalando buenos momentos y alimentando nuestra sabiduría. Será en ese momento cuando seremos libres.