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sábado, 30 de abril de 2016

Personas con alma

Esta entrada va dedicada a una buena amiga. Y digo buena con todas las palabras. Prestando ayuda desinteresada, por que sí, por que quiere aportar su granito de arena, allá donde hay personas que malviven por la guerra, gente olvidada, que estorba, que si las naciones hicieran una votación, bombardeaban la zona con una bomba nuclear y se acababa el problema, diciendo que fue un accidente, y que no se sabe quién fue... o daños colaterales. Gente que por ley no existen, ya que no tienen documentación, pues huyeron de la guerra despavoridos. Gente que ningún país los quiere por que son de otra religión, por que no provienen de  un país rico, por que son terroristas y un millón de excusas más. Digamos que la población se divide en cuatro secciones, Los ricos, que manejan la situación, los ignorantes que a la par pueden ser ricos o pobres pero que por ellos que se mueran, los despiertos, que quieren dar su granito de arena, pero que les ponen mil trabas para que no se salgan del sistema, y los que sufren la situación, que son meros números, y un estorbo para los 2 primeros.
Y mi amiga está entre las despiertas. Esa sección de la sociedad que quiere cambiar un poco el mundo en el que vive por que le parece injusto todo. Personas que no se dan golpes de pecho al hacer el bien. Personas que saben que no hace falta ir a un edificio religioso y rezar para demostrar que son buenas. Personas que son buenas por que sí, porque son humanas, por que tienen alma. Me duele ver que haya gente que le besa el anillo al líder de turno, que se levanten estatuas o monumentos a realeza o militancia, sin que ellos se lo merezcan ya que encima han hecho sufrir. Políticos que van a actos oficiales religiosos por que son buenos creyentes. Estas personas buenas sí que se lo merecen. He escuchado a muchos creyentes que van a ver pasos y que van a misa y se dan golpes de pecho, y no los veo en estas situaciones. Que hay que ser bueno por que si no vas al infierno, nada de ser bueno por que sí.
Me duele ver a la sociedad tan ciega y enferma mirándose al ombligo, queriendo que no les toque a ellos y que no vengan, que precisamente son en su mayoría los que se dan golpes de pecho por ser buenos creyentes...y es a ellos a los que hay que evitar y no a los pobres que no tienen culpa de nada.